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ara todos los que habitualmente visitáis este icono de enseñanzas, con la intención de escuchar y/o bajaros alguna charla, queremos compartir con vosotros y explicaros lo que podéis encontrar y lo que no vais a encontrar en nuestra peregrinación a Tierra Santa, para que, así vuestras expectativas no se vean defraudadas. Desde luego, enseñanzas no vais a encontrar porque no las ha habido. Vais a escuchar oración y predicación del P. Pitillas, OP y ésta, siempre en un ambiente de oración. Lo que vais a oír, está recogido durante las Eucaristías o en lugares emblemáticos de la vida del Señor, donde leíamos el Evangelio correspondiente y orábamos. También encontraréis dos Horas Santas. Una, en el Lago Tiberiades, en plena noche, donde escucharéis de fondo el ruido del viento y del agua del lago. La otra, en Getsemaní. Además están recogidas la Renovación de las Promesas Matrimoniales, en Caná de Galilea, de seis matrimonios del grupo; la Renovación Bautismal de todos, en el Jordán y la Renovación Sacerdotal del P. Pitillas, OP, en el Cenáculo Franciscano. De todas ellas hemos quitado las oraciones comunitarias, tanto de acción de gracias como las peticiones. Tampoco hemos puesto la mayoría de las canciones y de los momentos de alabanza, incluidas las oraciones en lenguas. Hemos dejado sólo las profecías que el Señor nos dio en el Cenáculo y, al final, decidimos dejar la Hora Santa del Tiberiades intacta. En las Eucaristías, además de las homilías, están la oración de entrada y la oración final. Me preguntaba alguien, hace unos días, qué hay en estas charlas. Lo que hay es vida y Espíritu Santo. Vida, la de una pequeña comunidad parroquial que ha viajado a Tierra Santa en fe. Y, Espíritu Santo, porque el Señor ha ido derramándose continuamente, superando todo lo que podíamos esperar de esta Peregrinación. El Señor nos ha sorprendido a todos, empleando como “sorpresa” la palabra griega Tambos que la Biblia usa para designar “sorpresa, asombro, estupor, la capacidad de maravillarse de los que abren la puerta a nuevas etapas en su vida”. Hemos cruzado el territorio israelita alabando al Señor, entonando un Teru’ah continuo, que es el tipo de alabanza empleado por el Pueblo de Israel aclamando a Yahvé, reminiscencia del grito prorrumpido por los israelitas antes de la batalla proclamando la presencia de Dios en medio de ellos y celebrando la victoria por anticipado. Si decidís escucharlas, esperamos que no sólo satisfagan vuestras expectativas, sino que el Espíritu Santo llegue a vuestros corazones a través de ellas. Para quienes tengáis pensado viajar a Tierra Santa, en un futuro más o menos cercano, estas charlas os pueden hacer ir saboreando un aperitivo de lo que el Señor ya os tiene preparado. Y para quienes hayáis estado allí, seguramente os harán volver a recordar vuestra propia vivencia. ¡Que el Señor os siga bendiciendo a todos!
¡¡¡GLORIA AL SEÑOR!!! |
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