Palabras Proféticas en Loiola 2006
Viernes 3 de marzo
Pueblo mío de alabanza, pueblo de mi bendición, yo te he traído aquí para decirte que te amo, para decirte que eres mío. Yo te digo en este día: ocúpate de alabar mi nombre, alaba, proclama, proclama mi nombre, mírame a los ojos, únete a la oración y a la alabanza de tus hermanos. No te ocupes tanto de ti, levanta tu mirada, pueblo mío. Tu proclama mi nombre que yo me ocuparé de tus cosas, yo me ocuparé de tu vida, yo curaré tus heridas. ¡Déjame! ¡No me digas cuales son! ¡Déjame a mí hacer las cosas a mí! ¡Tú, alaba mi nombre! ¡Únete a mi pueblo! Canta sin cesar con confianza plena porque eres mío. No te dejaré, no dejaré que tu corazón vaya triste. Yo vengo a restablecerte, yo vengo a sacarte de tus pastos para llevarte a los míos. Pero levanta tu mirada, no estés tan pendiente de tu vida y de tus cosas, mírame a mí y déjame a mí tu vida, pueblo mío, pueblo de mi alabanza, pueblo de mi bendición. ¡Se fuerte en mi! ¡No andes cabizbajo, pueblo mío! ¡No dobles la rodilla! ¡Levántate pueblo mío de alabanza! ¡Sé fuerte pero en mi, en mi, en mi, en tu Dios que te ama, que te sostiene! ¡Alaba mi nombre!
Domingo 5 de marzo
Y en esta alabanza, y en este corazón abierto y en esta alabanza de corazón de mi pueblo, yo el Señor te digo: estoy en medio de ti, y paso por entre cada uno de vosotros. No temáis y no temas mi pueblo precioso, yo vengo hoy a tocar tus heridas, yo vengo a abrazar tu corazón herido, yo vengo a besarte con los besos de mi boca, porque eres precioso para mí. Y a ti, que dudas, a ti que no acabas de verme, a ti que te cuesta tanto creer en mi amor, creer que te amo gratuitamente, creer que eres digno de mí, a ti te digo, solo te digo, amigo mío ven, yo te amo, ven, ven a mi corazón, yo te amo, no dudes, deja de resistirte. ¿No te das cuenta de que estas agotado?. Abandónate en mis brazos porque yo te amo. Y paso por ti, pueblo mío, pueblo que sufres en tu corazón. Pueblo mío, no temas porque tu Dios, tu Señor pasa en medio de ti. Mi corazón en esta mañana esta conmovido y mis entrañas se conmueven de tu pena, de tu pecado. Yo vengo, no temas, yo beso tus heridas y en mi beso de amor serán curadas. Mira mi sangre; mi sangre es tu vida. No temas, mi pueblo. Cualquier cosa que tengas, no temas, y no pienses que tu causa no la puede tu Dios, que tu causa es irreversible, no lo pienses. Mi sangre es tu salvación. ¡Mírame! yo soy tu Dios, vivo, resucitado en medio de ti. Yo te doy mi vida, te la entrego, ¡tómala! ¡Tómala pueblo mío! yo te amo. Mi corazón en esta mañana se conmueve y mi amor tiene que derramarse porque mi corazón estalla, porque mi corazón se derrama. Te amo, mi pueblo. Mi pueblo de alabanza. Si supieras el amor de mi corazón cuando mi pueblo me alaba, si supieras, lo harías sin cesar y tu vida cambiaría totalmente. Yo te amo, mi pueblo precioso. Aquí estoy contigo ¡no temas! ¡No tengas miedo! siempre estoy contigo, no te inquietes, no te inquietes, no te inquietes pueblo mío. Yo, el señor, tu vida te sano, te salvo, acógeme, no tengas miedo. Te amo, mi pueblo, precioso pueblo de mi alianza, de mi adoración.